Las telas de araña tienen distintas sustancias pegajosas para capturar a sus presas, que, una vez atrapadas, son incapaces de escabullirse de su trampa mortal. Sin embargo, los investigadores se han preguntado siempre por qué las arañas no se quedan pegadas a sus propias telas. Han descubierto que las patas de araña están protegidas por una cubierta de pelos y por un revestimiento químico que evita que el animal se quede pegado
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